Cuando sentimos que hemos caído en el torbellino del estrés, pareciera que ya nada puede detener ese círculo vicioso que se apodera de nosotros y nos sacude por todos lados.
Suele suceder cuando tenemos demasiada carga de trabajo, o de presiones de distinta índole. Nos enfocamos tanto en ello, que de pronto un día nos encontramos dentro de ese torbellino. No sabemos en que momento comenzó, ni como fué que pasó, sin embargo caemos en cuenta de que estamos siendo llevados por la corriente y cada vez tenemos menos fuerzas para salir de ella. ¿Cierto?
Bueno, no sé como te suceda a tí. Pero a mi me ha pasado ya en varias ocasiones. Esos torbellinos de estrés me han llevado a dar al hospital y a poner en resgo mi salud física y espiritual. Y al experimentar esta situación he podido observar a otras personas que como yo, han luchado o se encuentran luchando con lo mismo.
Esta semana ha sido para mí un torbellino total. Pero hoy, al platicar con Dios me recordó que mientras estemos trabajando en lo que nos toca, la carga la debe de llevar Él y no nosotros. Y que aún en tiempos de mucha actividad y esfuerzo, su voluntad es que mantengamos la paz, y la confianza suficientes para darnos un respiro y escuchar lo que Él quiere sacar de todo ésto en nuestra vida.
Por más larga que sea la lista de "pendientes" en nuestro día, Dios debe permanecer siendo la prioridad, y el piloto de nuestro carrito de mandados. Pues de no ser así, ¿cómo sabremos qué tomar? ¿que debemos dejar? ¿qué es lo que más nos conviene? ¿a qué pasilllos debemos dirigirnos? o ¿cuanto tiempo podemos invertir?
Si lo hacemos en nuestra propia prudencia y sabiduría es muy probable que terminemos vencidos o de plano explotemos por el estrés. En cambio si pedimos la dirección, y la ayuda de Aquél que todo lo sabe y quiere lo mejor para nosotros, seguramente saldremos bien librados de cualquier prueba, y no solo disfrutaremos de los resultados de la misma, sino aun del transcurso de todo nuestro itinerario de trabajo. Porque cuando le damos la libertad a Dios de tener el control en nuestra vida, Dios no se limita a hacer pequeñas intervenciones. "Dios trastorna radicalmente todo lo que toca".
Así que te comparto la siguiente palabra con amor, porque así es como la he recibido de mi Padre, y así es como Él te la quiere dar a tí:
"Escucharé lo que hablará Jehová Dios;
Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos,
Para que no se vuelvan a la locura".
Salmo 85:8
"La misericordia y la paz se encontraron;
La justicia y la paz se besaron.
La verdad brotará de la tierra,
Y la justicia mirará desde los cielos.
Jehová dará también el bien,
Y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia irá delante de él,
Y sus pasos nos pondrá por camino".
Salmo 85:10-13