lunes, 26 de octubre de 2009

¿Las Malas Lenguas Hablan de Tí?


Una de las cosas con las que nos vamos a topar toda la vida, son precisamente las famosas "malas lenguas". Aquellas que hablan y hablan repartiendo juicios al por mayor. Seguramente las conoces ya que todos alguna vez hemos sido víctimas de ellas, o nos les hemos unido a la repartición.

El detalle aquí, no son las malas lenguas, ya que desafortunadamente, esas siempre van a existir. Por lo menos, hasta que Cristo venga. Así que lo importante es, cómo reaccionas tú ante las cosas que esas lenguas hablan de tí.

Desde luego que hay distintos niveles de esa "agresión lingual", mejor conocida como chisme o habladuría.

Están aquellos chismes pequeñitos, que aparentan ser nobles e indefensos. (Como si en un chisme pudiese haber algo de bondad).

También encontramos a los chismes de cajón. Cuando te incorporas a un nuevo trabajo o llegas a una nueva escuela, ciudad, o congregación (en la mía no pasa eso desde luego) son los secretos que "todo mundo sabe, y aparaenta no saber porque se supone que no debería saberlos", pero que, de todas maneras, te los cuentan. Y tú de obediente, los escuchas.

Otros, son los chismes de amplia dimensión. Estos si que requieren mucha imaginación, ya que te inventan lo que nunca hubieras imaginado, a la décima potencia y multiplicado por tres. Encima de todo, debido a la creatividad del asunto, suelen caracterizarse por alcanzar una gran cantidad de oyentes en muy poco tiempo. Es por eso que abarcan una gran dimensión de orejas.

Los últimos, y los más dolorosos creo yo, son aquellos chismes que son iniciados por las personas más cercanas a nosotros. Aquellas a quien más amamos. Si tuviera que ponerles un nombre les pondría chismes inesperados, porque vienen de aquel de quien nunca lo hubieras esperado. Sin embargo, existen. Y no necesitan mucha descripción porque todos los conocemos bien. ("Porque no me afrentó un enemigo, lo cual habría soportado; ni se alzó contra mí el que me aborrecía, porque me hubiera ocultado de él; Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío, mi guía y mi familiar; Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos, y andábamos en amistad en la casa de Dios". Salmo 55:12-14).

Sin lugar a dudas, cuando nos enteramos de que ha sido soltado un ataque lingual en contra nuestra es muy doloroso y más aun, cuando viene de alguien a quien amamos. Pero, Dios nos pregunta... ¿Qué es el hombre para que lo engrandezcas, y para que pongas sobre él tu corazón? (Job 7:17). En verdad, muchas veces se nos olvida lo imperfectos que somos y que el único a quien debemos confiarle nuestro corazón es a Dios, pues solo ÉL es infalible. ("Maldito el varón que confía en el hombre"Jer 17:5..."Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová". v7). Esto no significa que no querramos a nadie y que estemos todo el tiempo a la defensiva, esperando que alguien hable para atacar. Para nada. Por el contrario, la Palabra dice que nos amemos los unos a los otros. Pero, manteniendo nuestra confianza en Jesús.."Porque Jehová será tu confianza" Prov. 3.26.

A la luz de Cristo, recordamos cuan imperfectos somos, y cuánto necesitamos ser transformados por ÉL. Por ello, debemos tener misericordia de aquellas malas lenguas, así como Dios tiene misericordia de nosotros, y no aumentar la dimensión del agravio. ("El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar" Prov. 18:19) El enemigo es astuto y conoce nuestros puntos débiles. Sabe de donde iniciar un chisme para que nos duela, y para provocarnos a contiendas. ("Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Porqué no sufrís mas bien el agravio? ¿Porqué no sufrís mas bien el ser defraudados? Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos". 1 Cor 6:7-8).

Nosotros sabemos que esto no es agradable a Dios, y que no es su voluntad que hagamos justicia por nuestra propia mano. Más sabio es hacer caso omiso, y esperar confiando en que Dios sanará toda herida, y no permitirá que ninguno de sus hijos sea avergonzado, porque ÉL es nuestro defensor.

"Del azote de la lengua serás encubierto; No temerás la destrucción cuando viniere".

Job 5:21

2 comentarios:

  1. hola xime :D saludos
    tqmuchoo ...sil

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  2. Ximenita, no te imaginas cuanto bendices mi vida
    Te queremos tanto
    checo y Yuvia

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