domingo, 31 de mayo de 2009

¡Un mosca en la sopa!


Por la mañana abres tus ojos y descubres que Dios te ha levantado nuevamente, ofreciendote una nueva misericordia, y una nueva oportunidad para glorificarle, alabarle y ser feliz. Das gracias al Señor por cada bendición y te propones poner en práctica todo lo que has aprendido de Su palabra. ¡Genial! Todo parece perfecto... Estás dedicido (lo has planeado muy bien) "Hoy será un día maravilloso".

Te pones de pie y comienzas a preparar el almuerzo para esas personas "importantes", "influyentes" que vendrán a visitarte. Y como claro, quieres causar buena impresión, cuidas perfectamente cada detalle: Los platos perfectamente limpios; el mantel floreado que no habías estrenado; las verduras frescas recién compradas; los cubiertos alineados a 90° con las servilletas; el piso rechinando de limpio; el florero con las rosas más hermosas de tu jardín y el aromatizante ambiental de canela con manzana verde. Todo está listo.

Llegan tus invitados y todos se sientan a la mesa a disfrutar de un suculento almuerzo preparado con 4 horas de anticipación y planeado desde hace una semana y media. La cosa parece ir de lo mejor. Los invitados parecen muy agusto, cuando de pronto, la señora "Doña fulana de tal" lanza un grito muy agudo: "¡Una mosca en mi plato!".... (Sinceramente ¿Cuál sería tu reacción? ¿Qué e es lo que pasa por tu mente? ¿Salir corriendo? ¿Lanzarle el plato en la cara? ¿Convencerla de que es una especie nueva de ciruela pasa que usaste como ingrediente especial? ¿Alguien dijo algo? ¿Es un sueño? ).  Imagina que NO, desafortunadamente no es un sueño. Tus invitados se han ido muy indignados, tu cocina está deshecha... y tú, con la sangre hirviendo del coraje.

¿Qué sucede con el resto de tu día? Sigues con la misma actitud optimista y de gratitud, alabando a Dios y ansioso de derramar tu amor hacia los demás, ¿O te dejas dominar por la euforia y te desquitas con todo aquél que se tope contigo? Una mosca en la sopa... ¿te anima a mejorar tus estrategias de limpieza en la cocina? o a ¿destruir por un momento tu cocina?. 

Vergonzosamente debo confesar que en mi caso, esa pequeña mosca muchas veces no solo amarga el plato de sopa; amarga mi alimento del día, hace que le pierda el sabor. Esa mosca que puede ser: una mala cara, una discusión familiar, un cambio de planes inesperado, una acusación, un desaire, una decepción, el micro que se retrasó un mucho, el mensaje que no llegó, la amiga que no llamó, la esposa que no escuchó o el esposo que no valoró, en fin. Esa mosca que todos conocemos, la cual aparece con su molesto zumbido en el momento más inoportuno. 

El punto aquí, no es la aparición de la mosca ni la escenita que haga. El punto es ¿Qué tanto afecta tu actitud? ¿Cómo te levantas de un pequeño tropiezo? ¿Puede una piedrita descalabrarte y hacer que pierdas el control? ¡Aguas! Porque piedras siempre va a haber en el camino, y "si una pequeña piedra te hace retroceder, nunca podrás subir una montaña".

Dios no quiere que seas un hijo que se abandona sus resposabilidades y se olvida de  sus promesas por un resbalón. Yo creo que si Dios permite esas caídas pequeñitas es porque quiere probar como anda nuestro corazón. Si tenemos SU Palabra arraigada en nuestro corazón seguramente nos levantaremos con fuerza para seguir en el intento ("Una convicción, no se pierde por una emoción").  Si por el contrario, esa caía nos deja tirados el resto de la tarde, o del día, o de la semana, o del mes... es tiempo de pedir a Dios un chequeo de nuestro corazón. 

¿Realmente estamos recibiendo, valorando, amando, atesorando y viviendo la Palabra de Dios? ¿O será que todavía queda algo de piedra en nuestro corazón, y esa Palabra en lugar de estar callendo en tierra fértil está callendo en pedregales?...

"Éstos son así mismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la recíben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra , luego tropiezan".  (Marcos 4:16-17)

"Y éstos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta y a ciento por uno". (Marcos 4:20)


1 comentario:

  1. ximena!!!

    aii a mi las moscas me hacen enojar la mayoria de las veces =S...me gusta leer tus productivos escritos ximena =)...love you!

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