Un oasis en medio del desierto.

Imagina que estás perdido en el desierto: solo, extremadamente agotado, ha pasado tanto tiempo que ya no sabes que es lo que te causa mayor aflicción, si el hambre o la sed; tus pies están sangrados de tanto caminar sobre la arena y tus ropas cada vez son menos. Pronto caerá la noche, y tú sigues caminando sin llegar a ningún lugar. Piensas en tu familia, en tus planes, en tus sueños; en todas las cosas que has dejado y que probablemente no regresarán.
Si quedaba alguna esperanza en tí, este es el momento en que ha desparecido por completo, la espera de la muerte se ha apoderado de tu cabeza. De pronto, te encuentras en la cima de una duna y con los ojos entreabiertos alcanzas a ver un brillo casi mágico, ¡es el reflejo de agua clara! ¡ahí está, delante de tí! ¡un oasis! ¡agua cristalina corriendo frente a tí con un sonido armonioso! Entonces estás a punto de dar el primer paso pero un pensamiento terrible te detiene: Esto es demasiado bueno, está demasiado a tiempo y demasiado cerca... ¿será real? ¿y si fuese una visión? ¿será tal mi suerte que esté en medio de un profundo sueño y cuando vaya a dar el primer trago despierte? ¡NO! ¡no puede ser!

Ahora pon pausa por un momento a tu imaginación y deja que te cuente una pequeña historia. No te desesperes, no tardará mucho...

Había una vez una mujer que corría desesperadamente porque unos hombres le venían persiguiendo para apedrearla. El motivo por el cual la multitud la perseguía era porque había sido hallada en adulterio, y la Ley de éste pueblo mandaba apedrear a tales mujeres. Ella corría lo más rápido que podía y lloraba pensando que la vida era muy injusta; que toda es gente no sabía lo que ella había sufrido y los motivos que la orillaban a venderse de esa manera a un precio tan bajo. Su corazón latia con fuerza y se aferraba a la vida aun cuando tuviera la certeza de que pronto llegaría su muerte.
Entonces se topo con pared y se encunclilló cubriendo su cabeza, lista para recibir el primer golpe. Pero... algo extraño sucedió porque la multitud se había callado súbitamente. Entonces, temblando de miedo, alzó ligeramente su cabeza y miró el rostro más hermoso que jamás hubiese imaginado... ¿quién era ÉL?
Ese precioso, pacífico y a la vez imponente rostro le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
Ella volteó a su alrededor y no vió a ninguna persona ahí, entonces respondió: Ninguno Señor.
Entonces Jesús le dijo: "Ni yo te condeno; vete, y no peques más".

!¿Te imaginas el sentir de aquella mujer?¡, justo antes de ser apedreada había sido salvada e inlcuso perdonada por Jesús. Seguramente quedó atónita, deslumbrada, y sin duda alguna totalmente cautivada por ese maravilloso rostro.

Así es como Jesús aparece en nuestras vidas, de una manera "sorprendente". Es tan dulce y tan tierno que en ocasiones puede parecernos una visión, llegamos a creer que es un sueño. Pero ¡sorpresa! No es así, no es un sueño, JESÚS ES REAL. Y no se cuál sea tu caso, ni cuanto tiempo lleves recorriendo ese desierto; tal vez ese desierto se llama soledad, tal vez deudas, quizá sea el desamor o alguna enfermedad; o alomejor como la mujer adúltera sientes que te has perdido a tí mismo. Sin emargo, Dios tiene una sorpresa para tí hoy, ÉL quiere entrar a tu vida y ser partícipe del rumbo de tu historia, quiere ser el que te salva. Escúchalo, míralo, no tengas miedo y levanta la vista, tal vez sea tan hermoso y tan a tiempo que te parezca irreal, pero NO LO ES.

Es ÉL, Jesús que ha llegado a salvarte... ¿puedes sentir su soplo de vida? Sí es así ¡FELICIDADES!, has encontrado tu oasis en medio del desierto.

..."Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna"
Juan 4:14